miércoles, 5 de noviembre de 2014

Reparación.

Os escribo (a los que aún sigáis aquí después de tanta inactividad) desde una habitación enorme en el corazón de la región del Véneto, Italia. La ciudad se llama Padova y el motivo es una beca Erasmus.

Llevo una hora releyendo todo lo escrito en este blog y me he dado cuenta de lo mucho que he cambiado y de lo bonito que es tenerlo reflejado aquí. Con una cantidad muy muy discreta de lectores, pero muy cariñosos conmigo en sus aportaciones, este blog cumple ya 5 años. Estas ''páginas'' virtuales han servido de lienzo donde derramar ocasionalmente la pintura que llevo dentro.

Llevo años sujeto a una familia disfuncional, básicamente debido a mi madre, que tiene una enfermedad mental. Hace 3 meses que abandoné el nido para venir aquí y me siento renovado. Ahora, desde la perspectiva, puedo explicar (a vosotros y, sobre todo, a mí mismo) mi historia:

Discusiones, gritos, falta de aceptación, alejamiento, desconexión emocional, falta de autoestima... Criarse con unos padres separados y vivir solo con tu hermano (que el pobrecico ha sufrido lo mismo que yo, o más, al ser el mayor) y con tu madre enferma mentalmente no es algo que recomiende a nadie.

Sencillamente, todo se puede resumir en que convivir tantos años con una persona con ese problema y, que encima sea tu madre, te lleva a ser una persona con mucho miedo y mucha falta de amor. He hecho bastante amigos, pero no conseguía aliviar del todo esa sensación de soledad. La única solución que encontré a ese problema fueron las relaciones amorosas. Volqué todas mis esperanzas de ser feliz y sentirme querido en conocer a un chico con el que escapar de mi casa para siempre. Esta búsqueda me ha llevado a experimentar muchas cosas, tanto amor como sexo, pero me ha hecho aislarme de las demás personas (mis amigos han sufrido esto bastante) y perderme otras tantas.

Aprendí a sobrevivir.

Aprendí a esforzarme, a ahorrar, a ser comprensivo, a escuchar, a valorar otras opiniones, a hacer reír a la gente, a entender, a ser fuerte, a ser aún más fuerte... En definitiva, a ser valioso para la gente. Pero lo único que no podía aprender era a quererme a mí mismo, a valorarme y a dejar de juzgarme y presionarme por esa necesidad incumplida de afecto que me hacía sentir aislado, sin apoyo emocional y sin control sobre mis sentimientos. Poco a poco, y con mucha ayuda y mucho esfuerzo, he añadido nuevos ingredientes a mi escala de valores.

He aprendido (a ratitos) a vivir.

He aprendido que el cariño tienes que dárselo y pedírselo a toda la gente con la que te relacionas. A ser realmente honesto sin importar las consecuencias. He aprendido a estar soltero, a no buscar compulsivamente una relación amorosa cuando el problema no estaba ahí. He aprendido a apartar los pensamientos autodestructivos ya sea por mi iniciativa o inducidos por el desprecio de otra persona. Poco a poco he conseguido enseñarme a vivir el presente y a amarme a mí mismo.

Tengo que agradecer enormemente su cariño a los amigos que han estado ahí para mí durante estos años. No os he contado todo, siempre he sido un poco distante y reservado, pero hemos compartido muchísimo y sin vosotros ni de coña habría llegado hasta aquí. Gracias.

También quiero hacer mención especial a los chicos de los que me he enamorado de manera correspondida. No ha sido perfecto, todos lo sabemos, pero me habéis hecho sentir querido y me habéis hecho amar. Sin vosotros sería un cascarón vacío. La próxima relación que tenga espero que sea al 100% por decisión propia y no por necesidad.

 A lo mejor no me lee ni el tato porque he revisado a mis pocos seguidores y tienen muy poca actividad actualmente. De todos modos, y como diría Paco Umbral, yo he venido aquí a hablar de mi libro y seguiré dando guerra en la blogosfera. Me viene genial escribir. De paso no estaría mal que lo leyese alguien en una situación difícil y que sepa que no está solo, que de esas se sale y que si necesita cualquier consejo aquí ando.

Un besaco a todos. ¡Que tengáis un buen día! ¡Aaaaaarriba ese ánimo!